Una célula pasa la mayor parte de su vida en la etapa de interfase, donde puede crecer, crear ADN y obtener nutrientes en preparación para la división celular. La interfase no es parte de la meiosis o la mitosis, pero más bien una etapa que le permite a la célula realizar las funciones necesarias para la reproducción.
Algunas células nunca abandonan la etapa de interfase porque mueren antes de poder reproducirse. Los errores en la replicación del ADN o los nutrientes inadecuados pueden causar la muerte prematura de una célula.
Tres fases componen la interfase: espacio 1, síntesis y espacio 2. En el espacio 1, la célula crece. Durante la síntesis, la célula replica su ADN. La célula reanuda el crecimiento para prepararse para la división celular en la brecha 2.