Los ratones viven en casi todos los países de la Tierra, y normalmente hacen sus hogares en una variedad de estructuras hechas por el hombre, incluyendo granjas, minas, casas, almacenes y oficinas. Los ratones silvestres viven en una amplia variedad de áreas al aire libre, que incluyen tierras cultivables, pastizales, dunas costeras y llanuras, marismas y bosques. El cambio de estación puede afectar el hábitat, lo que hace que los ratones que viven en el exterior intenten moverse hacia áreas interiores con más calor y refugio.
Los ratones que viven en lugares cerrados pueden vivir en una variedad de lugares, incluso dentro de una vivienda humana. Los ratones se hunden en las paredes, el aislamiento, los áticos, los espacios de arrastre e incluso los muebles tapizados. Los ratones son pequeños y pueden caber en lugares increíblemente pequeños, y pueden excavar en materiales, como madera, yeso y ladrillos dañados, y pueden arrastrarse a través de tuberías, mallas y cables. También pueden hacer sus hogares en maquinaria y vehículos. Los ratones también viven alrededor de viviendas humanas, especialmente en campos, bosques y tierras agrícolas donde abundan los alimentos.
Los ratones son originalmente nativos de Asia, pero el almacenamiento en los barcos de los colonos europeos llevó a su introducción en una serie de nuevos hábitats. En Nueva Zelanda, Australia y el Atlántico sur, los ratones son vistos como especies invasoras, y han alcanzado proporciones que causan daños a las comunidades y cultivos en las áreas donde viven.