Los síntomas de un músculo tirado en un perro incluyen dolor en la articulación, hinchazón localizada de los tejidos y cojera temporal de una extremidad. En general, los síntomas están presentes durante algunos días a una semana potencialmente convertirse en dolor crónico.
Las lesiones adicionales se pueden prevenir descansando el músculo lesionado. Restrinja los movimientos innecesarios al limitar al perro a un espacio pequeño. El primer día de tratamiento, aplique una compresa fría química o hielo triturado en una bolsa de plástico en el área lesionada durante 15 a 30 minutos, tres o cuatro veces a lo largo del día. Alternativamente, haga correr agua fría sobre el músculo estirado durante cinco a 10 minutos, también tres o cuatro veces. Después del primer día, cambie a un tratamiento de compresas calientes durante 15 a 30 minutos. No use una compresa caliente, ya que esto puede agravar o quemar la piel. Si la lesión no mejora y el perro no puede colocar peso en la pierna, consulte a un veterinario para descartar una fractura o dislocación del hueso. Los veterinarios pueden prescribir analgésicos para aliviar el dolor, permitiendo que el perro use la pierna. Sin embargo, esto puede retrasar la curación. Los medicamentos antiinflamatorios reducen la hinchazón y la inflamación y pueden acelerar el proceso de curación.