Según el Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterrey, el rape vive en las áreas de sedimento suave en el fondo marino en los bordes de los flujos de lava. La mayoría de todas las especies de rape son habitantes de aguas profundas aproximadamente una milla por debajo de la superficie donde el agua se está congelando y hay poca luz, lo que puede dificultar que los ecólogos estudien y observen a estos peces.
El rape es un excelente ejemplo de la adaptación y supervivencia de una especie a su entorno. Estos peces son carnívoros. Pueden comer cualquier cosa que esté a su alcance debido a sus grandes dientes en forma de colmillos, que están inclinados hacia adentro para facilitar el agarre de sus presas. Los adultos varían en tamaño de 8 pulgadas a 3 pies de largo y pueden crecer hasta 100 libras. Una de las características más distintivas es una protuberancia en la cabeza del pez que sirve como señuelo de pesca. Su piel es delgada y flexible, lo que también les permite capturar y comer presas hasta el doble de su tamaño.
A pesar de su aspecto feo, el rape se considera un manjar en Japón y Corea. Ofrece un sabor y textura tipo langosta. La cola se vende a menudo en América del Norte y Europa y se usa en muchas recetas exóticas.