Según Marine Life en About.com, las morsas se encuentran principalmente en aguas subárticas y árticas en el hemisferio norte. La subespecie de morsas atlánticas vive principalmente en el agua, en las costas rocosas, y en el hielo cerca de Groenlandia y el noreste de Canadá. La subespecie del Pacífico considera que las aguas de Estados Unidos y Rusia son su hogar. Las morsas dependen en gran medida del hielo marino, que utilizan para dar a luz, amamantar, refugiarse, mudar y viajar.
A partir de 2014, existe una preocupación entre los expertos acerca del derretimiento del hielo marino debido al aumento de las temperaturas globales, lo que está causando que las morsas se retiren a las zonas costeras. Las condiciones de hacinamiento, la falta de alimentos y recursos y el aumento de depredadores son una amenaza para el modo de vida de las morsas, según Marine Life en About.com.
Las morsas siguen una dieta carnívora y se alimentan principalmente de criaturas en el fondo del océano, como almejas, mejillones, peces, focas y ballenas muertas. Usan sus bigotes para sentir la presa, chupando rápidamente la comida en la boca. Marine Life señala que tienen dos colmillos grandes y 16 dientes adicionales.
La vida útil promedio de una morsa salvaje es entre 20 y 30 años. Cuando no es temporada de reproducción, las morsas forman reuniones en áreas de playas rocosas, que se cuentan por decenas de miles. Las morsas masculinas alcanzan la madurez sexual a los 7 años, pero pueden no aparearse hasta que tengan 15 años, explica Marine Life.