Las orejas de un grillo están ubicadas en sus patas delanteras. Los grillos tienen una audición ultra sensible que les permite escuchar cómo se acercan los murciélagos. Esto les ayuda a apartarse del camino y evitar ser comido.
Justo debajo de las rodillas, los grillos tienen cuatro entradas acústicas en sus piernas. Estas aberturas en sus exoesqueletos actúan como orejas. Las entradas conducen a las cámaras dentro de las patas, que se conectan a ambos lados del grillo. Las múltiples aberturas permiten que el sonido pase completamente a lo largo de todo el cricket. Un grillo puede enfrentar de una u otra forma para determinar de qué dirección proviene el sonido.