Las células contienen una variedad de componentes, que incluyen agua, proteínas, lípidos y carbohidratos. Independientemente del tipo, las células contienen aproximadamente dos tercios del agua. El núcleo interno restante se forma a partir de una combinación de moléculas, que las células utilizan para ayudar al cuerpo a realizar tareas básicas e importantes, como procesar alimentos y entregar energía a diferentes partes del sistema.
Las células dependen del agua y las moléculas para ayudar a procesar y descomponer los alimentos y realizar reacciones químicas. Transforman materias primas básicas en energía utilizable y compuestos químicos.
El papel de las células varía con su ubicación en el cuerpo. Las células en el sistema digestivo trabajan principalmente para descomponer y entregar alimentos, mientras que las del cerebro transmiten señales químicas y eléctricas. Dentro de los materiales que forman las células se encuentran muchos tipos y variedades diferentes. Las células contienen solo cientos de proteínas, lo que ayuda a las células a realizar funciones vitales de diferentes maneras.
Las proteínas aparecen en cada parte de las células y ayudan con todas las actividades celulares. Algunos dan forma y estructura a las células, mientras que otros regulan el flujo de materiales y componentes dentro y fuera de las paredes celulares. Otras proteínas sirven como mecánicos, haciendo reparaciones a las células después del daño. Las proteínas también ayudan con la división celular, que es esencial para el crecimiento y la reproducción celular. Las proteínas comunes incluyen microtúbulos, centriolos e histonas.