Los tornados pueden formarse extremadamente rápido en las condiciones adecuadas, formando y tocando el suelo en cuestión de minutos. La rotación adecuada puede demorar un poco en formarse en la tormenta, pero una nube de embudo puede caer desde el cielo con muy poca advertencia.
Debido a que los tornados pueden formarse tan rápidamente, los meteorólogos emiten avisos cuando las condiciones son favorables para la formación de tornados. También utilizan sistemas de radar Doppler para observar la cizalladura del viento en tormentas particularmente fuertes, buscando los vientos fuertemente divergentes que pueden presagiar la formación de un tornado.
Los tornados desarrollan una distintiva firma de radar a medida que se forman, creando un eco en forma de gancho de nubes que envuelven el vórtice central. La mera presencia de un eco de gancho a menudo es suficiente para que el Servicio Meteorológico Nacional emita una advertencia de tornado.