Una persona consume varios kilos de tierra en la vida, dependiendo de cuánto tiempo viva la persona. La suciedad está en las frutas y verduras frescas, sin importar qué tan bien se laven.
La sabiduría popular tradicional afirma que una persona come 1 libra de tierra en una vida. Los niños consumen entre 200 y 800 miligramos de suciedad por día, una práctica que cambia a medida que los niños crecen y mejora la higiene personal. La geofagia, la práctica de comer tierra u otros productos del suelo, ocurre en todo el mundo, incluso en los Estados Unidos y África, por diversas razones. La suciedad no tiene valor nutricional y se diferencia del suelo, una sustancia que posee numerosos minerales vitales para el crecimiento de las plantas.