Los comúnmente llamados hombres de las cavernas fueron las primeras poblaciones europeas del Pleistoceno. Sus restos se descubrieron por primera vez en 1868 dentro de una cueva en un sitio en Francia, llamado Cro-Magnon, que data de aproximadamente 30,000 años atrás.
Lo que se conoció como Cro-Magnons no fueron los primeros habitantes humanos de Europa. En el momento de su llegada, el continente ya había sido ocupado por grupos neandertales durante unos 250.000 años. Muchos artefactos relacionados con cada grupo se encuentran dentro de cuevas debido a que esos sitios tienden a no ser perturbados por los animales y el clima. Muchos Cro-Magnons dejaron pinturas en las paredes de las cuevas, lo que ha fomentado la asociación de los primeros humanos con los estilos de vida de las cuevas.
