El titanio se utiliza en una gran variedad de equipos deportivos, dispositivos médicos, aeronaves militares, pinturas, tintas, papeles, plásticos, productos alimenticios y estructuras artísticas y arquitectónicas. El titanio se utilizó como parte de la restauración en 2008 de la reparación estructural y la estabilización de la Torre inclinada de Pisa en Italia.
El SR-71 Blackbird fue el primer avión en usar titanio extensivamente en su estructura y piel. Las intensas velocidades de las que es capaz el avión crean tanta fricción aerodinámica que cualquier otro metal se derretiría del cielo. El titanio es biocompatible, lo que significa que el cuerpo humano puede manejarlo en grandes dosis sin ningún impacto. La densidad es similar al hueso, y el hueso se adhiere a él. Se usa para reemplazos de articulaciones de rótula, endoprótesis vasculares e implantes dentales. El titanio forma una película de óxido protectora dura al contacto con el oxígeno. Esta película le da al metal su brillo y brillo, por lo que es una opción atractiva para el arte y la arquitectura. El titanio tiene una alta relación fuerza-peso, lo que lo hace ideal para equipos deportivos. La bicicleta más liviana del mundo pesa solo 6 libras y está hecha principalmente de titanio. A pesar de sus muchos usos, solo el 5 por ciento de todo el titanio extraído y sintetizado se utiliza para producir titanio metálico.