La evaporación y la ebullición son dos tipos de vaporización. La evaporación implica el cambio de la fase de un elemento de líquido a gas, a temperaturas más bajas que su punto de ebullición, a una presión determinada. La ebullición implica un cambio de fase de líquido a gas a una temperatura superior a su punto de ebullición.
En el proceso de evaporación, las moléculas presentes en la superficie del líquido ganan una energía cinética adecuada y anulan las fuerzas intermoleculares entre ellas cuando se mueven en la dirección apropiada. La ebullición se produce cuando la presión de vapor del líquido es la misma que la presión del entorno circundante.