Según Qué esperar, los síntomas comunes del embarazo a las nueve semanas incluyen fatiga, micción frecuente, náuseas matutinas, náuseas y engrosamiento de la cintura. Otros síntomas tempranos del embarazo son senos hinchados y sensibles sangrado leve o calambres, un mayor sentido del olfato y aversiones a los alimentos o antojos. Durante el segundo trimestre, los niveles de energía de la madre aumentan una vez que la placenta está completamente formada y es funcional.
Qué Esperar recomienda un refrigerio regular para compensar mejor los niveles de energía disminuidos de la madre, además de las necesidades nutricionales del feto en desarrollo. Las comidas más grandes pueden ser difíciles de terminar debido a los síntomas tempranos del embarazo, por lo que las más pequeñas y livianas suelen ser más efectivas. Las comidas más pequeñas también reducen la posibilidad de vomitar, ya que el estómago no alcanza su capacidad. También se recomienda no elegir alimentos que activen negativamente los sentidos intensificados del cuerpo. Las galletas integrales y el queso cheddar suave, que contiene calcio muy necesario, sirven como un bocadillo que muchas madres no encuentran ofensivo.
A las nueve semanas de edad, el feto en desarrollo tiene aproximadamente el tamaño de un cacahuete, según Qué Esperar. En esta etapa, el cuello y la cabeza comienzan a diferenciarse, volviéndose más erguidos y desarrollados. El hígado, el bazo y la vesícula biliar se encuentran en las primeras etapas de formación, mientras que los primeros movimientos de los brazos y las piernas se producen cuando comienzan a desarrollar musculatura. Los dispositivos de ultrasonido pueden detectar el latido cardíaco fetal a las nueve semanas.