Las señales de una costilla lesionada incluyen dolor en el área lesionada, dolor al respirar y dolor al presionar el esternón, según WebMD. Como una persona generalmente no puede respirar normalmente, otros síntomas pueden incluir dificultad de respiración, dolor de cabeza, episodios de mareos y sentimientos de ansiedad.
Un médico puede diagnosticar una costilla lesionada realizando varias pruebas, como empujar el tórax, escuchar los pulmones y el corazón y observar cómo respira un individuo, explica WebMD. Una radiografía puede ser necesaria si un médico no puede diagnosticar una lesión de costilla con otras pruebas. Sin embargo, es posible que las fracturas de costillas no aparezcan en una radiografía, por lo que una persona puede recibir tratamiento para que una sea segura.
La mayoría de las lesiones en las costillas se tratan en casa y se curan solas, afirma WebMD. Los analgésicos se usan a menudo para detener el dolor; se recomienda descansar, y se puede usar hielo para reducir cualquier hinchazón. Los médicos también sugieren que las personas con lesiones en las costillas intenten toser o respirar profundamente cada hora, incluso si son dolorosas. Esto ayuda a prevenir la formación de neumonía o colapso pulmonar. También puede ayudar a acostarse sobre el lado lesionado del cuerpo, ya que esto ayuda al individuo a respirar más profundamente. La mayoría de las lesiones en las costillas tardan aproximadamente seis semanas en curarse por completo.