Los síntomas de una lesión en el tendón de la corva o una lesión en la corva incluyen un dolor intenso y repentino durante la actividad o el ejercicio que se acompaña de una sensación de chasquido o chasquido, según WebMD. Los pacientes también pueden experimentar sensibilidad o moretones en la parte posterior de los muslos.
Los síntomas adicionales de un tendón de la corva desgarrado incluyen dolor en la parte inferior de las nalgas o en la parte posterior del muslo al agacharse, estirarse, caminar o estirar la pierna, explica WebMD. Las personas que tienen distensiones leves de los isquiotibiales solo pueden experimentar un dolor leve en el área afectada.
Las opciones de tratamiento para los desgarros de los isquiotibiales leves a moderados incluyen reposo, hielo, compresión y elevación, como explica MedicineNet. Los medicamentos antiinflamatorios, como el naproxeno, la aspirina o el ibuprofeno, ayudan a reducir la hinchazón y el dolor. Los desgarros severos de los isquiotibiales suelen requerir cirugía. Dependiendo de la severidad de la lágrima, puede tardar varios meses en curarse completamente.
Para evitar la formación de atrofia muscular y tejido cicatricial, las personas deben participar en un programa de rehabilitación que incluya ejercicios de rango de movimiento y estiramiento, afirma MedicineNet. Los ejercicios de fortalecimiento ayudan a reconstruir los músculos de las piernas. Las personas deben evitar la actividad física extenuante hasta que el tendón de la corva se cure para evitar que vuelvan a lesionarse, lo que puede provocar un daño permanente.
Los signos de recuperación incluyen la capacidad de caminar, correr, correr o saltar sin sentir dolor y la capacidad de mover la pierna lesionada tan fácilmente como la pierna ilesa, como señala WebMD. Estirar los isquiotibiales antes y después de realizar actividad física ayuda a prevenir lesiones futuras.
Las personas que no se calientan ni se estiran antes del ejercicio y las que tienen glúteos débiles corren el riesgo de sufrir una fractura o lesión en el tendón de la corva, según WebMD. Los músculos tensos en la parte frontal de los muslos también pueden ejercer más presión sobre los isquiotibiales.