La electroforesis en gel es un proceso de separación de moléculas biológicas de diferentes tamaños mediante su ejecución a través de una matriz de tipo sievel con electricidad. Las moléculas más grandes se mueven más lentamente, mientras que las moléculas más pequeñas se deslizan a través de la matriz y se mueven más rápido y más lejos, separando así los diferentes fragmentos en función del tamaño.
El primer paso para la electroforesis en gel es configurar la matriz de gel. La agarosa se usa para separar las moléculas de ADN, y la acrilamida se usa para separar las proteínas. El gel comienza como un líquido, que se vierte en una bandeja de moldeo. Se coloca un peine en la matriz líquida de modo que cuando la matriz se solidifica, se forman pozos para cargar muestras en ellos. Una vez que el gel se ha solidificado, se retira del molde y se coloca en un aparato especial donde se puede aplicar corriente. Un amortiguador que puede actuar como conductor de electricidad se vierte alrededor de la matriz.
Las muestras de moléculas biológicas generalmente se mezclan con una sustancia de alta densidad (un tinte viscoso) para que se hundan en el fondo del pozo en lugar de flotar en el tampón. El tinte también ayuda a seguir el progreso del experimento. Cada muestra se carga en un pozo separado. Normalmente, uno de los pozos se asigna para cargar un marcador, que tiene un conjunto de fragmentos cuyos tamaños ya se conocen para permitir la comparación con las muestras que se están cargando.
Cuando se conecta la corriente, las muestras tienden a moverse hacia el lado cargado positivamente del aparato, ya que las cadenas principales de fosfato de las moléculas les confieren una carga negativa. Una vez que las muestras han recorrido una distancia suficiente, se estudia la matriz para ver las bandas que se forman por la separación de las moléculas.