El leopardo de las nieves es un primo del leopardo africano que vive en las montañas donde pocas otras criaturas pueden sobrevivir. Su pelaje es una mezcla de blanco y gris con grandes manchas oscuras. Crece entre 39 y 51 pulgadas de largo, sin incluir la cola larga.
El cuerpo del leopardo de las nieves se adapta a su vida en las frías montañas de Asia central. El color del pelaje del gato montés le permite mezclarse con las rocas de la montaña y la nieve, lo que le permite esconderse de presas como ovejas, jabalíes y cabras salvajes. La capa también es lo suficientemente gruesa como para aislar a la criatura del frío frío. La larga cola ayuda al leopardo de las nieves a mantener el equilibrio mientras corre y a cubrir las partes expuestas de su cara mientras descansa, y las grandes patas proporcionan tracción y protección contra las rocas.
Un leopardo de las nieves es generalmente solitario y se une a otros leopardos solo para aparearse. Los humanos también rara vez vislumbran a la criatura, ya que su naturaleza tímida y secreta y su preferencia por el amanecer y el atardecer lo mantienen fuera de la vista. La hembra da a luz en primavera a dos o tres cachorros. Aunque clasificado como un gato grande, el leopardo de las nieves no puede rugir.