Hay muchos ejemplos de fuerzas magnéticas en acción en la naturaleza. Uno de los más simples es la colocación de dos imanes cerca uno del otro. Si dos lados con cargas similares se colocan uno cerca del otro, se repelen entre sí. Si se colocan lados diferentes uno cerca del otro, se atraen entre sí.
La Enciclopedia Británica define una fuerza magnética como la interacción entre partículas cargadas eléctricamente que resulta en atracción o repulsión. Además de la fuerza mencionada entre los imanes, la fuerza magnética se ve en muchas situaciones cotidianas, incluida la acción en motores eléctricos. El ejemplo más constante de una fuerza magnética es el que ejerce la Tierra. Este campo es responsable de muchas funciones esenciales, incluido el funcionamiento de las brújulas y la protección contra los rayos dañinos del sol.
En física, el magnetismo se considera una fuerza de largo alcance. Es una de las dos fuerzas primarias de largo alcance, junto con la gravedad. La diferencia entre las fuerzas de largo alcance y las fuerzas regulares es que las fuerzas de largo alcance siempre deben considerarse, independientemente de la distancia física. A diferencia de otras fuerzas que pueden actuar sobre un objeto, la gravedad y el magnetismo nunca son iguales a cero. Otras fuerzas, como la tensión o la fricción, deben estar en contacto con un objeto para tener un efecto.