De acuerdo con la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica, la propagación del fondo marino es causada por el flujo de roca plástica del manto debajo de la corteza oceánica de la Tierra. Estos flujos obligan a separar el lecho marino, lo que permite que la roca del manto a presión hacia arriba, causando una cadena de respiraderos y volcanes a lo largo de las cordilleras del océano medio. Se cree que el flujo de la roca del manto es el responsable de todo el movimiento de las placas de la corteza y las interacciones resultantes.
Los recursos y la tecnología actuales no pueden observar la interacción de la corteza y el manto directamente, y el manto mismo se observa solo indirectamente a través de instrumentos tales como sensores sísmicos. Sin embargo, todo el movimiento de las placas de la corteza, así como los fenómenos resultantes, como los volcanes y los terremotos, se atribuyen al movimiento del manto. El Anillo de Fuego del Pacífico, por ejemplo, es un anillo de volcanes alrededor del Océano Pacífico Norte, causado por la subducción de las placas oceánicas que se extienden debajo de las placas continentales. Esta subducción también es la fuente de trincheras de aguas profundas, que son los puntos más bajos de la superficie de la Tierra.
También se piensa que los procesos desconocidos en el manto son responsables del volcanismo lejos de las zonas de subducción. En este modelo, el magma caliente del manto se eleva en una columna en una ubicación aparentemente aleatoria. Esto hace que la tierra de arriba se hinche, y si la presión es suficiente, el magma estalla como lava, rompiendo la superficie.