Según la American Heart Association, los efectos o síntomas de la presión arterial baja pueden incluir mareos o aturdimiento; desmayo; falta de concentración; visión borrosa; deshidración; náusea; piel fría y húmeda; respiración superficial y rápida; fatiga y depresión. En general, la presión arterial baja no es motivo de preocupación a menos que provoque síntomas. Sin embargo, la presión arterial baja puede ser un signo de una anomalía subyacente si la presión arterial del individuo suele ser más alta.
La American Heart Association afirma además que la presión arterial baja puede ser causada por una gran cantidad de problemas, como el reposo prolongado en cama o las deficiencias nutricionales que causan anemia. Una disminución en el volumen total de sangre puede ser responsable y resulta de un traumatismo grave, sangrado interno severo o deshidratación. La presión arterial baja como resultado de la bradicardia, válvulas cardíacas defectuosas, ataques cardíacos o insuficiencia cardíaca se produce cuando el corazón es físicamente incapaz de hacer circular suficiente sangre para el cuerpo. Los problemas endocrinos y hormonales, como el hipotiroidismo, el bajo nivel de azúcar en la sangre, la enfermedad de Addison y la diabetes, pueden afectar negativamente la presión arterial. La reacción alérgica y la infección grave o el shock séptico son otras causas de la presión arterial baja.
También se sabe que ciertos medicamentos causan presión arterial baja, según la Asociación Americana del Corazón. Estos incluyen diuréticos y medicamentos para tratar la hipertensión, medicamentos para el corazón, medicamentos para la enfermedad de Parkinson, antidepresivos tricíclicos, medicamentos para la disfunción eréctil y alcohol.