La corrosión provoca la degradación y el debilitamiento del material afectado. Es causado por materiales que reaccionan con los elementos circundantes, como el oxígeno o el agua.
Ciertos materiales, como el hierro, son susceptibles a la corrosión. Cuando el hierro entra en contacto con el oxígeno y el agua, descomponen la superficie del metal a través de la oxidación y hacen que el material se debilite y se oxide. Esto compromete la resistencia del material.
La corrosión de los implantes protésicos médicos, como marcapasos, articulaciones de cadera y placas, puede provocar graves problemas de salud. La corrosión puede destruir los artefactos históricos que están expuestos a los elementos y causar problemas con la tecnología que se utiliza en entornos altamente corrosivos.
