Los tipos de conflictos en el lugar de trabajo incluyen diferencias en el estilo de trabajo, disensiones basadas en la cultura, conflictos de personalidad, conflictos basados en la interdependencia y liderazgo. Cuando no se resuelven, estos conflictos pueden generar insatisfacción laboral, desesperanza y depresión.
Los conflictos de liderazgo surgen cuando los gerentes usan diferentes estilos de supervisión. Como resultado, los empleados que tratan con diferentes gerentes a lo largo del día pueden sentirse confundidos e irritados por las diferentes formas de ser dirigidos. Los gerentes deben tener claro desde el principio cualquier cambio en el estilo de liderazgo para evitar este conflicto.
Las diferencias en el estilo de trabajo resultan de diferentes formas de realizar un trabajo. Es posible que algunas personas prefieran terminar el trabajo rápidamente, mientras que otras desean asegurarse de que todos tengan una opinión sobre cómo se realiza el trabajo.
Los choques de personalidad emanan de las percepciones sobre el carácter, la actitud o las acciones de una persona. Las personas pueden evitar este conflicto entendiendo los sentimientos de los demás y no tomando las cosas demasiado personalmente.
Los conflictos de interdependencia se producen cuando las personas confían en el aporte, la cooperación o la salida de otros para realizar su trabajo. Las organizaciones pueden superar este tipo de conflicto asegurando que las personas tengan la capacitación adecuada y un buen manejo de las habilidades de delegación.
Las disensiones culturales surgen de las diferencias de edad, antecedentes educativos, herencia étnica, género y preferencias políticas. Los conflictos de responsabilidad ocurren cuando los empleados culpan a otros por sus fallas en el lugar de trabajo. Aprender a dar excusas válidas es un remedio para los conflictos de responsabilidad.