Los niveles altos de vitamina B-12 pueden ser indicadores de enfermedad hepática o trastornos mieloproliferativos, afirma MedlinePlus. Ejemplos de estas afecciones incluyen hepatitis, cirrosis, leucemia mielocítica y policitemia vera.
Los trastornos mieloproliferativos causan un crecimiento anormal de glóbulos rojos, glóbulos blancos o plaquetas en la médula ósea, explica el Centro Médico de la Universidad de Maryland. Aunque los síntomas de estos trastornos varían según la condición específica, los trastornos mieloproliferativos pueden causar fatiga, problemas para respirar y sangrado anormal.
La enfermedad hepática se refiere a las condiciones que afectan el hígado. La infección, el cáncer y la genética pueden causar enfermedades hepáticas como la hepatitis, el cáncer de hígado y la hemocromatosis, explica la Clínica Mayo. Los síntomas de la enfermedad hepática pueden incluir piel y ojos amarillos, orina oscura y picazón en la piel.
Un estudio realizado por el Departamento de Bioquímica Clínica del Hospital Universitario de Aarhus en Dinamarca encontró que los niveles altos de vitamina B-12 aumentan el riesgo de cáncer de la sangre y cánceres relacionados con el hábito de fumar y el consumo de alcohol, según lo informado por Medical Daily.
Los niveles altos de vitamina B-12 son infrecuentes, considerando que la vitamina B-12 generalmente abandona el cuerpo durante la micción, afirma MedlinePlus. Cuando esto no sucede, puede indicar que algo no está funcionando correctamente en el cuerpo. El consumo de grandes cantidades de vitamina B-12 en los alimentos o como suplemento dietético no causa un aumento de los niveles de vitamina B-12 en la sangre, informa SFGate.