Según los Oxford Journals, el músculo cardíaco no puede ser tetanizado. Esto se debe a su período refractario único en el que, después de una activación de unos 300 milisegundos, no responde a ningún estímulo adicional hasta que tiene casi completamente restablecido. Esto contrasta con los músculos esqueléticos, que pueden ser tetanizados por múltiples estímulos rápidos, alcanzando una contracción máxima y sostenida.
Los Oxford Journals afirman que el músculo cardíaco es único en varios aspectos más allá de su inmunidad a ser tetanizado. El corazón debe bombear decenas de miles de veces al día, constantemente y sin cansarse. Tiene un mecanismo proteico básico que utiliza filamentos de actina y miosina como otros músculos, pero es capaz de utilizar una gama más amplia de fuentes de energía que las que suelen utilizar los músculos esqueléticos.
El músculo cardíaco también incluye células marcapasos además de las células contráctiles principales. Estas células marcapasos permiten que el corazón siga latiendo de manera relativamente constante, incluso sin ningún impulso de los nervios para estimularlo. Estos músculos se activan espontáneamente, al mismo tiempo que estimulan las células musculares que los rodean. Esta activación espontánea es lo que genera la actividad eléctrica detectable del corazón. Las células operadoras del corazón, las que principalmente hacen el trabajo de bombeo, pueden ser estimuladas por estas células marcapasos y por los impulsos nerviosos.