Las cinco funciones comunes a todas las células incluyen la absorción de nutrientes, la reproducción, el crecimiento, la eliminación de desechos y la reacción ante cambios externos. Todos los seres vivos están formados por células, que sirven como componentes básicos de la vida, y todas las células tienen un propósito en un organismo vivo.
Todas las células tienen una membrana, que es la capa externa que mantiene la célula unida. Las membranas celulares permiten que los nutrientes pasen a través de la célula mientras que los productos de desecho pasan fuera de la célula. Debido a su característica semipermeable, la membrana celular permite la entrada y salida de solo ciertos materiales, dependiendo del tamaño de la partícula.
El núcleo es el centro de control de la célula y contiene la información que permite que las células se reproduzcan. El núcleo permite que la célula se divida y genere más células para el crecimiento. La mitocondria es otra parte crucial de la célula, y es donde los alimentos y el oxígeno se combinan para producir energía.
La mayoría de los organismos vivos, incluidas las plantas y animales más grandes, consisten en un gran número de células y se clasifican como organismos multicelulares. Los organismos unicelulares, sin embargo, están formados por una sola célula. Las células son las unidades de vida más pequeñas con la capacidad de reproducirse. El funcionamiento de las células es lo que explica el funcionamiento del cuerpo, y diferentes células realizan diferentes funciones. Las células que realizan las mismas funciones se combinan para formar tejidos corporales, como la piel, los músculos y el tejido óseo.