Fiebres, trastornos musculares y algunas formas de artritis pueden causar sedimentación alta o sedimentación de eritrocitos. Las altas tasas de sedación pueden ser signos de advertencia de afecciones con los riñones o la tiroides, y las tasas anormales también pueden deberse a anemia, embarazo o cáncer.
Una prueba de sedimentación mide en milímetros por hora el asentamiento de glóbulos rojos en un tubo de ensayo. Un número mayor puede indicar una inflamación en la que el sistema inmunológico o el hígado producen proteínas específicas que hacen que los glóbulos rojos sanos se adhieran unos a otros y caigan más rápidamente.
Si bien la prueba de la tasa de sedación no se usa para hacer diagnósticos exactos, se puede usar con pruebas adicionales para monitorear y detectar otros problemas como las deficiencias autoinmunes, ciertos tipos de cáncer e infecciones en los huesos u otros órganos. Las infecciones virales, el lupus, la apendicitis y la tuberculosis también pueden causar tasas elevadas de sed, pero estas enfermedades requieren pruebas adicionales para determinar correctamente la causa de los resultados inflados. Las tasas de sedación también se usan para controlar qué tan bien está respondiendo una condición a un tratamiento prescrito.
Las tasas bajas de sed también pueden indicar problemas. La anemia de células falciformes, la leucemia, el alto nivel de azúcar en la sangre, el bajo nivel de proteínas plasmáticas y la insuficiencia cardíaca congestiva pueden dar como resultado una disminución de las tasas de sed.