La poesía romántica se centra en la imaginación, la apreciación de la naturaleza, la emoción, la individualidad y la pasión. Dos de los poetas más notables de la era romántica son John Keats y Percy Bysshe Shelley.
Un enfoque en la imaginación es fundamental para la poesía romántica. Por ejemplo, en la "Oda a un ruiseñor" de Keats, el poeta examina la naturaleza en la canción de un pájaro. La canción inspira al poeta a pensar en cosas de otro mundo. Para hacerlo, debe dejar de lado los adornos del mundo cotidiano. Cuando se adentra en su imaginación, le duele el corazón y se le adormecen los sentidos.
La apreciación de la naturaleza es otro tema popular de los poetas románticos. En "Oda al viento del oeste", Shelley explora las estaciones cambiantes, lo que hace que considere el ser del otoño. Él escribe que los vientos son "conducidos, como fantasmas de un hechicero que huye", y los pensamientos del poeta son como "semillas aladas" de cada temporada que pasa. Cada estrofa del poema representa una etapa de la vida, incluida la muerte. Mientras Keats sueña con volar con el ruiseñor, Shelley desea convertirse en parte de su experiencia poética.
Los poetas románticos intentan liberarse de las limitaciones de la poesía tradicional a través de la experiencia, la naturaleza, la imaginación y la conexión emocional entre los tres.