La poesía victoriana se caracteriza por el escepticismo religioso, heredado del período romántico, pero también por la poesía devocional que proclama una fe más mística. La religión se convierte más en una experiencia personal expresada a través de la poesía. La poesía victoriana también emplea más humor y fantasía que el período romántico anterior. A pesar del capricho, en la época victoriana, la poesía y la literatura tienen una visión más dura y utilitaria de la naturaleza y la filosofía.
La forma victoriana favoreció la narrativa y la duración sobre los poemas cortos y líricos que antes eran populares. Los poetas también enfatizaron menos las imágenes, y en cambio se enfocaron en el metro y el ritmo. Los temas eran mucho más realistas, identificando emociones como el aislamiento, la desesperación y el pesimismo general.
Varios factores que influyeron en la poesía y la literatura victoriana fueron los conflictos entre descubrimientos científicos, como la evolución y la fe, la industrialización de las naciones y una creciente conciencia social sobre los movimientos de reforma para lograr mejores condiciones de trabajo para mujeres y niños.
A pesar de que muchos poetas victorianos lucharon con la pérdida de la fe, todavía existía un sentimiento de alta moralidad que mantenían cerca y venerado. Los poetas victorianos quedaron cautivados con la literatura clásica y medieval. Amaban las historias heroicas y las actitudes cortesanas. A través de sus escritos, intentaron animar a los lectores hacia acciones y actitudes más nobles.
