¿Cuáles son algunos tratamientos no quirúrgicos de rodilla?

Los tratamientos no quirúrgicos para la rodilla incluyen comenzar un régimen de ejercicio para perder peso y así reducir la presión en la rodilla afectada y participar en terapia física para aumentar el flujo sanguíneo cutáneo del cuerpo, informa Healthline. Los médicos a veces inyectan ácido hialurónico para lubricar una rodilla dolorosa.

Eliminar el exceso de grasa ayuda a reducir el dolor al disminuir la cantidad de fuerza aplicada en la rodilla, explica Healthline. Por ejemplo, 10 libras de peso adicional aumentan la fuerza en la rodilla hasta 60 libras. Las personas que sufren de artritis de rodilla probablemente experimentarán una calidad de vida significativamente mejor si reducen su peso en 15 libras. El ejercicio ayuda a la persona a mantener un peso saludable y disminuir el dolor.

Para obtener mejores resultados, los médicos recomiendan consultar a un fisioterapeuta para que siga un régimen personalizado que se dirige a los músculos clave que afectan las rodillas, señala Healthline. Un fisioterapeuta guía a los pacientes para que realicen ejercicios de manera adecuada y utiliza otras técnicas para aliviar el dolor, como la aplicación de hielo o calor, la ecografía o la estimulación transcutánea de nervios eléctricos para mejorar la circulación sanguínea.

Las inyecciones de ácido hialurónico en la rodilla reducen el dolor y aumentan la función de la rodilla al permitir que los tejidos óseos y el cartílago se deslicen más fácilmente en la articulación, explica Healthline. Los posibles efectos secundarios negativos incluyen hinchazón y aumento del dolor. Las personas con alergias al huevo o a las aves de corral pueden experimentar una reacción alérgica.