Algunos síntomas del síncope neurocadiogénico incluyen bostezos, visión borrosa, aturdimiento y pupilas dilatadas. El síncope neurocardiogénico o vasovagal es un trastorno en el que la frecuencia cardíaca disminuye repentinamente y la presión arterial disminuye, señala la Clínica Mayo. El síncope vasovagal es una de las principales causas de desmayos.
Cuando la presión arterial baja, el cerebro se ve privado de la sangre adecuada, lo que lleva a un episodio de desmayo temporal. Cualquiera puede sufrir de un síncope neurocardiogénico. Sin embargo, los niños pequeños y los ancianos tienen un mayor riesgo de experimentar la enfermedad, según Healthgrades. Esta condición en sí misma no es causa de alarma, pero a veces puede provocar lesiones graves debido a caídas.
Justo antes de un ataque de síncope neurocardiogénico, es probable que las personas experimenten una visión borrosa. También es probable que pierdan de vista objetos o personas que no están cerca. Algunas personas pueden desarrollar una piel pálida y un sudor frío y pegajoso. Una sensación de calor también es bastante común. Durante el incidente, es probable que las personas tengan pupilas dilatadas. Pueden hacer movimientos bruscos, anormales y tener un pulso lento y débil.
El síncope neurocardiogénico se diagnostica tomando el historial médico de un paciente y realizando un examen físico. En la mayoría de los casos, los médicos no tienen que tratar esta afección porque es solo temporal. Se pueden usar terapias físicas para prevenir la acumulación de sangre en las piernas y ciertos medicamentos para tratar la presión arterial baja en el tratamiento de la afección.