El síntoma principal de un pequeño mal o de un ataque de ausencia en adultos es que la víctima se queda en el espacio durante unos 15 segundos, dice Johns Hopkins Medicine. Cuando sale del ataque, puede que no recuerde lo que sucedió. Esta es una simple toma de ausencia.
Otros síntomas de una convulsión menor son los párpados revoloteando y los pequeños movimientos de las manos, explica la Clínica Mayo. El paciente también puede golpear sus labios, frotarse los dedos o hacer movimientos de masticación. Si está caminando, puede detenerse repentinamente pero no caer. Estas convulsiones se llaman convulsiones complejas de ausencia, de acuerdo con la Fundación de Epilepsia. Duran más que las simples crisis de ausencia y pueden ocurrir muchas veces durante el día.
Los expertos médicos generalmente no encuentran una condición subyacente que lleve a una convulsión menor en un adulto, señala la Clínica Mayo. Los médicos saben que estas convulsiones ocurren porque el "cableado" eléctrico en el cerebro es anormal.
Las convulsiones por ausencia son difíciles de diagnosticar porque son fugaces, y el paciente está perfectamente bien y es normal después de que terminan las convulsiones, afirma la Fundación de Epilepsia. Sin embargo, las anomalías eléctricas en el cerebro pueden detectarse a través de un EEG o electroencefalograma. El médico podría pedirle al paciente que hiperventile durante la prueba, lo que provoca una convulsión.