Los signos de progresión de la esclerosis lateral amiotrófica bulbar incluyen un mayor cambio hacia la pronunciación nasal en el habla cotidiana y la creciente dificultad para regular la respiración en la conversación, masticar y pronunciar palabras, afirma la Asociación Estadounidense del Habla-Lenguaje-Audición. La ALS bulbar ataca las neuronas motoras que regulan la masticación y el control de la respiración, lo que conduce gradualmente a la atrofia de los músculos utilizados en estas actividades. Eventualmente, el paciente puede volverse incapaz de tragar incluso los alimentos semilíquidos y puede necesitar alimentación a través de un tubo insertado en el estómago.
La ALS es una condición que destruye gradualmente las neuronas motoras en la médula espinal, el cerebro y el tronco cerebral que regulan el comportamiento voluntario, explica ASHA. La enfermedad hace que ciertos movimientos musculares sean más difíciles de realizar y eventualmente los hace imposibles. Como la enfermedad solo ataca a las neuronas involucradas en el movimiento voluntario, no reduce las capacidades cognitivas o sensoriales. Si bien su progresión es muy variable, la esperanza de vida esperada en el momento del diagnóstico varía de dos a cinco años a partir de 2015. Actualmente se desconoce la causa de la ELA, pero las mutaciones genéticas pueden jugar un papel importante.Aunque la ELA no es curable, hay tratamientos disponibles para disminuir la progresión de la enfermedad y controlar sus síntomas, señala la ASHA. En algunos casos, el medicamento Riluzole puede reducir la velocidad de la ELA. Los equipos clínicos dedicados a controlar los trastornos neuromusculares proporcionan un manejo eficaz de los síntomas.