Un ejemplo de percepción es la forma en que los niños ven los objetos de manera diferente a medida que se desarrollan. Al principio, solo perciben formas y objetos individuales, mientras que luego son capaces de reconocer las relaciones entre los objetos. Otro ejemplo es el fenómeno de falta de comunicación en el que una persona percibe erróneamente las palabras o intenciones de alguien.
La percepción se produce cuando las personas se organizan y dan sentido a la información recopilada a través de sus sentidos. Diferentes individuos pueden percibir la misma información de manera diferente según una variedad de factores personales. Los antecedentes educativos de una persona, sus experiencias pasadas, sus sentimientos actuales, su estatus socioeconómico y cultural son factores que pueden influir en la forma en que una persona percibe la información que recibe. El género, la edad, la raza y la ocupación son otros factores que juegan un papel importante.
Por ejemplo, es común que los adolescentes y adultos perciban las situaciones de maneras muy diferentes. Un adolescente puede pensar que aprender álgebra es aburrido e inútil, mientras que un adulto con más experiencia puede entender que las habilidades matemáticas sólidas son muy importantes en una variedad de campos.
Las ideas erróneas acerca de cómo funciona el mundo pueden distorsionar las percepciones de las personas sobre sus situaciones, explica el Dr. Paul White. Por ejemplo, una persona puede verse acosada por la falta de confianza en sí misma después de postularse a docenas de trabajos y no recibir entrevistas si sus profesores universitarios la hicieron creer que es fácil conseguir una carrera de ensueño después de graduarse de la universidad. Aunque la realidad es que es difícil encontrar el trabajo perfecto, su percepción es que simplemente no es lo suficientemente buena.