Los entornos creados por los estuarios son extremadamente productivos y generan más material orgánico que las praderas, bosques o áreas agrícolas de igual tamaño. Las comunidades de animales y plantas cuentan con el respaldo de las mareas protegidas de los estuarios. Un estuario es un cuerpo de agua costero parcialmente cerrado que es un punto de transición entre el agua salada y el agua dulce, y entre la tierra y el mar.
Debido a su productividad biológica, los estuarios proporcionan un lugar ideal para que las aves migratorias descansen y se alimenten durante sus viajes. Muchas especies de vida silvestre y peces dependen del refugio de los estuarios como áreas de desove protegidas. La infraestructura humana también se beneficia de la presencia de estuarios en forma de puertos protegidos y puertos que permiten una mejor navegación y transporte. Muchos de los contaminantes y sedimentos provenientes de ríos y arroyos de tierras altas fluyen a través de estuarios donde se filtran, creando agua más limpia y beneficiando a la vida humana y marina. Los suelos y la vida vegetal que se encuentran en los estuarios también forman una zona de amortiguamiento natural entre el mar y la tierra, y ayudan a absorber el impacto de las tormentas y las aguas de inundación.
Los estuarios son ecosistemas dinámicos a través de los cuales el agua salada del mar entra con el ascenso y la caída de las mareas. Esta agua salina se diluye por la entrada de agua dulce de ríos y arroyos de tierras altas. La combinación de aguas de entrada permite que un estuario contenga un alto nivel de nutrientes tanto en el sedimento como en la columna de agua, y crea un entorno único y de gran apoyo para una gran variedad de vida animal y vegetal.