La creación de una barrera de vegetación alrededor de la casa reduce significativamente la contaminación acústica. Los arbustos y los árboles absorben el sonido, evitando que el ruido llegue a las áreas residenciales. Reducir la contaminación acústica es importante porque el ruido no deseado puede elevar la presión arterial, afectar el funcionamiento cognitivo y reducir los sentimientos generales de felicidad.
La contaminación acústica se puede reducir agregando burletes y ventanas de doble pared a las casas en áreas ubicadas cerca de carreteras con mucho tráfico. La insonorización de las habitaciones ruidosas ayuda a evitar que el ruido se desplace a las áreas de dormir. Además, reubicar las máquinas ruidosas, como los acondicionadores de aire y los generadores, lejos de las áreas de dormir, también reduce la contaminación acústica.
Los ciudadanos activos pueden solicitar a la junta local de la ciudad que prohíba el uso de bocinas en áreas residenciales. Muchas ciudades han seguido este reglamento para disminuir el ruido innecesario. Por ejemplo, es ilegal hacer sonar una bocina en la ciudad de Nueva York a menos que se produzca una emergencia.
Uno no puede mantener el televisor apagado cuando no lo está viendo para reducir la contaminación acústica. El ruido de fondo constante de un televisor distrae y puede provocar un estrés innecesario.
Para aquellas personas que no pueden eliminar la contaminación acústica, pueden bloquear los ruidos no deseados utilizando máquinas de sonido que reducen el estrés. Los ruidos calmantes silencian la invasión de la contaminación acústica para crear un ambiente armonioso.