Durante sus tres mandatos como presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos hizo muchos avances en la infraestructura del país y encabezó exitosas reformas económicas. Sin embargo, su presidencia también estuvo marcada por la corrupción generalizada del gobierno y violaciones de derechos que eventualmente llevaron a Marcos a ser derrocado por su propio pueblo y enviado al exilio.
Durante el primer mandato de Marcos, construyó carreteras, puentes y otras obras públicas en todo Filipinas. Este fue un logro importante ya que proporcionó servicios y transporte a muchas de las áreas rurales del país. También tomó la controvertida decisión de involucrar a Filipinas en la guerra de Vietnam, aliándose con los Estados Unidos. Marcos implementó importantes reformas económicas, incluido el desarrollo de industrias en Filipinas que empleaban a muchos trabajadores y proporcionaban bienes comerciales valiosos. Fue visto como un político ambicioso con un ojo para el potencial futuro.
Sin embargo, durante sus posteriores mandatos como presidente, Marcos reforzó su control autoritario sobre Filipinas. Llenó su gabinete presidencial con amigos y familiares y malversó millones de dólares de la tesorería estatal. Cuando los activistas comenzaron a hablar en contra de él, los hizo encarcelar y matar. Dos de ellos incluso fueron asesinados en territorio estadounidense en 1979.