Julio César cambió a Roma de varias maneras significativas, desde conquistar más tierras y derrotar a los ejércitos invasores para expandir el imperio romano hasta sofocar los levantamientos y aliviar la deuda. Ayudó a convertir a Roma en una centro culto e iluminado.
Julio César es uno de los gobernantes más conocidos e icónicos de la antigua Roma. Fue enormemente influyente en todos los aspectos del Imperio Romano, incluida la política, la vida cotidiana de los ciudadanos, la guerra y la economía. Cuando César llegó al poder, una de las mayores amenazas a las que se enfrentaba Roma era la enorme montaña de deudas. Esto causó la pobreza y la guerra civil, con los prestamistas clamando por su dinero y el valor de las propiedades y bienes raíces se desplomó. También hubo una clara falta de acuñación, ya que las personas acumularon divisas. Caesar intervino, aliviando la crisis financiera y poniendo fin a los disturbios civiles al proporcionar un alquiler gratuito por un año, dando a los ciudadanos la opción de una nueva vida y un nuevo comienzo en una de las colonias extranjeras, limitando la cantidad de moneda que se puede mantener por ciudadano y cancelando Todos los pagos de intereses vencidos desde el estallido de la guerra civil. Su acción creativa y decisiva puso fin a la guerra civil y alivió gran parte de la deuda y la pobreza en el corazón del Imperio y logró apaciguar tanto a los prestamistas como a los prestatarios.
También buscó hacer de Roma un refugio cultural de iluminación y belleza, atrayendo a intelectuales, médicos y científicos de todo el Imperio a la ciudad de Roma. Después de su asesinato, su influencia continuó, ya que su voluntad decretó que sus propiedades y propiedades se hicieran públicas y que su fortuna acumulada se distribuyera a los ciudadanos de Roma.