Una de las causas políticas subyacentes del imperialismo británico fue la necesidad de fortalecer el país, además de facilitar el libre comercio. Además, el gobierno británico se propuso apaciguar el consenso popular que los valores cristianos deben alcanzar. África, y había una necesidad de fortalecer la economía.
Mientras el imperialismo iba en aumento en Europa, muchos países lo vieron como un medio para aumentar su poder político. Gran Bretaña era consciente de que obtener más tierras podría llevar a más riqueza, por lo que perseguía sus intereses imperiales. Además, un aumento en el poder entre las clases de comerciantes hizo que los acuerdos de libre comercio se hicieran más populares. Para establecer con éxito dichos acuerdos, era necesario acceder a más recursos, que provenían de la colonización de más países.
Tras la abolición del comercio de esclavos en 1807 y la esclavitud en 1833, el público británico dejó claro que apoyaban la difusión de la moral cristiana y británica en África. Esto actuó como una motivación política y una justificación para unirse a otros países en la lucha por África.
Además, el sentido de orgullo en la identidad anglosajona entre los británicos, junto con la necesidad de satisfacer a los inversionistas, alentó al Primer Ministro William Gladstone a perseguir partes de África que fortalecieron su posición en India. Además, los imperialistas eran conscientes de que asegurar las reservas de oro en África podría fortalecer la posición económica del país.