Algunas de las causas económicas del nuevo imperialismo incluían la teoría marxista de que los gobiernos deseaban explorar áreas de ultramar para complacer a los capitalistas locales y el deseo de adquirir materias primas para impulsar los esfuerzos de industrialización en el país. Los científicos que analizan este tema también pueden argumentar que el nuevo imperialismo era un medio para distraer a los pobres de los períodos de recesión y depresión.
Una teoría marxista del nuevo imperialismo es que los gobiernos se esforzaban por mantener felices a los ricos en sus hogares. Marx creía que los ricos controlaban el gobierno y su economía, lo que significaba que estaba en los intereses del gobierno explorar nuevas tierras y adquirir riqueza. Otra es que las potencias imperialistas europeas necesitaban materias primas para impulsar la industrialización. Si bien muchos países tenían la mano de obra y la maquinaria para continuar con la producción en masa, no tenían los materiales. En contraste, el mundo en desarrollo lo hizo, lo que les dio un motor económico para la colonización.
Algunas de las teorías menos populares incluyen la idea de que los países que experimentan períodos de recesión económica necesitan una forma de distraer a la población. El imperialismo ofrecía una sensación de grandeza, que la población sentía la necesidad de apoyar. Además, algunos marxistas creían que los empresarios reconocían el potencial financiero de explotar países donde los costos de mano de obra y materiales eran bajos.