La Comuna de París quería eliminar al débil gobierno monárquico de Francia y reemplazarlo por comunas independientes organizadas y gobernadas por el pueblo. Sin embargo, una organización pobre llevó a su derrota.
Después de la derrota de Francia en la guerra franco-prusiana, el gobierno de Napoleón III se derrumbó, lo que obligó a la elección de un nuevo cuerpo gobernante en París asolada por el asedio. Sin embargo, quedó claro que el nuevo gobierno se inclinó hacia el lado realista. Adolphe Thiers, el jefe ejecutivo del gobierno provisional, ya estaba retirando el sueldo de la Guardia Nacional y exigiendo el alquiler a los parisinos. París, sin embargo, estaba llena de radicales y revolucionarios que preferían gobernarse a sí mismos. Planearon crear una utopía comunista en París, que podrían extenderse a otras ciudades francesas, formando finalmente una confederación.
Thiers se movió para desarmar el contingente de la Guardia Nacional de París, que simpatizaba en gran medida con los revolucionarios. La violencia estalló el 18 de marzo de 1871, y los revolucionarios tomaron el cañón de la guardia para evitar que fuera removido. Una semana después, las elecciones municipales llevaron a los revolucionarios al poder, e instituyeron la Comuna de París, una forma anarquista y descentralizada de socialismo inspirada en gran medida por la Revolución Francesa de 1793. En unos meses, el 21 de mayo, las tropas federales entraron en la ciudad y aplastaron la rebelión, que todavía estaba mal organizada y no estaba preparada para pelear una guerra. Más de 20,000 revolucionarios fueron asesinados y más de 38,000 personas fueron arrestadas. De estos, unos 7,000 fueron deportados.