Las hortensias se marchitan debido al estrés hídrico, a la luz solar demasiado o muy poca, a temperaturas demasiado altas o bajas o al final de su período de floración. Determinar la causa del marchitamiento y tomar medidas para tratarlo pueden evitar daños permanentes a la hortensia.
Las hortensias prefieren suelo húmedo. Sus grandes hojas y grupos de flores requieren grandes cantidades de agua diariamente. Dejar las raíces en un suelo empapado puede provocar la pudrición de la raíz. Se debe proporcionar un drenaje adecuado para que la planta no se riegue demasiado.
Si una hortensia no tiene suficiente luz, puede marchitarse y tener un follaje pálido e insalubre. La falta de luz solar también puede reducir la cantidad de flores. Demasiada luz solar causa quemaduras solares y el follaje se seca rápidamente. La luz solar indirecta y brillante durante 6 horas cada día es el entorno preferido de la hortensia.
Si la hortensia se somete a un calor extremo, el follaje comienza a marchitarse y las flores comienzan a perder sus pétalos. Una temperatura entre 65 y 75 grados Fahrenheit es ideal, con temperaturas que no bajan de los 50 grados Fahrenheit por la noche.
Las flores de una hortensia señalan el final de su período de floración al marchitarse y secarse. Cortar las flores viejas puede mejorar la apariencia de la planta y preservar su belleza por unas semanas más.