Luigi Galvani demostró que las células musculares y nerviosas contenían y transportaban fuerzas eléctricas que causaban contracciones musculares, un efecto que denominó "electricidad animal". Galvani demostró esto al demostrar que los músculos de las ancas de rana se contrajeron cuando se conectó un cable metálico y señaló hacia el cielo durante una tormenta eléctrica.
Antes de los descubrimientos de Galvani en la década de 1780, una teoría líder sobre cómo se movían los músculos describía la idea de que los nervios eran tubos que transportaban el líquido y el aire. Esta teoría se denominó "globo aerostático" y continuó describiendo cómo se movería el cuerpo debido a la expansión de los tubos. El escepticismo inicial de la teoría de la electricidad animal de Galvani arrojó dudas, específicamente con la afirmación de Alessandro Volta de que los cables que usaba Galvani eran la causa de los músculos en movimiento. Galvani pasó los últimos años de su vida defendiendo su teoría, muriendo en 1798, deprimido y en la pobreza. Galvani fue considerado exitoso en probar su teoría de manera concluyente antes de morir presionando los nervios directamente en el tejido muscular y recreando las contracciones musculares.
Hoy en día, se le atribuye a Galvani la correcta identificación del papel de la electricidad en los seres humanos y el establecimiento de las bases para la electrofisiología y la neurociencia. Galvani teorizó correctamente que el recubrimiento alrededor de los nervios no sería conductivo y que los impulsos eléctricos viajaron a través de pequeños orificios entre los nervios y los músculos que finalmente se identificaron y ahora se llaman canales iónicos.