La temperatura de la superficie del sol es de aproximadamente 5,800 kelvins. La temperatura en el núcleo del sol es de al menos 15,000,000 kelvins. La mayoría de las partículas constituyentes del sol en la superficie son átomos gaseosos, ya que no puede existir líquido o sólido a temperaturas tan altas.
La temperatura extremadamente alta del núcleo es lo que hace posible que los núcleos de los átomos colisionen y produzcan reacciones de fusión nuclear. Estas reacciones generan la energía del sol que alimenta la vida en la Tierra. Las temperaturas extremadamente altas que se requieren para mantener las reacciones de fusión ocurren solo en aproximadamente el 10 por ciento del sol.
