Los ácidos se usan en las industrias para fabricar fertilizantes, pinturas, tintes y fibras artificiales, mientras que las bases se usan en la producción de telas, agentes de limpieza y papel. En nutrición, los ácidos diluidos se usan para aderezar ensaladas y verduras, dando a los alimentos un sabor distintivo. Por ejemplo, el vinagre contiene 3 por ciento de ácido acético. Las frutas cítricas tienen ácido cítrico. La aspirina contiene ácido acetilsalicílico y el vino tiene ácido tartárico.
Los ácidos están presentes en los estómagos de los humanos para ayudar con la digestión de los alimentos. La ausencia de ácidos en los niveles adecuados puede causar indigestión y distensión abdominal. Sin embargo, demasiado ácido es peligroso, ya que puede corroer el revestimiento del estómago. Sin embargo, se pueden usar antiácidos fabricados a partir de bases para neutralizar el exceso de ácido.
Las bases tienen un sabor amargo y no se recomiendan para el consumo humano. Sin embargo, algunas sustancias que contienen bases ricas en nitrógeno, como la cafeína y la nicotina, son utilizadas frecuentemente por los seres humanos. Además, el agua tónica extrae su sabor amargo de la alcaloide quinina. Las bases se utilizan en detergentes de limpieza por su característica naturaleza resbaladiza. El hidróxido de sodio en la lejía disuelve de manera efectiva las proteínas y la grasa y se usa comúnmente en productos de limpieza y lociones.
En el océano, un nivel equilibrado de pH del agua es esencial para mantener la vida de los animales y las plantas.
