La importancia biológica del azúcar es que proporciona energía inmediata al cuerpo, pero también proporciona una fuente de energía almacenada. Si bien a menudo se culpa al azúcar por no ser saludable, el cuerpo no puede funcionar correctamente sin él.
El azúcar de mesa, también conocida como sacarosa, es la principal forma en que el azúcar se abre camino en la dieta humana. Este azúcar está formado por una molécula de glucosa y una molécula de fructosa. Como el cuerpo no puede absorber la sacarosa en su forma cruda, tiene que romper el enlace químico que une la glucosa y la fructosa. Una vez que se rompe el enlace, el cuerpo absorbe las moléculas y las transporta al hígado para su distribución y procesamiento.
Cuando el hígado distribuye glucosa, las hormonas de la insulina facilitan su transferencia a las células. Aquí, la glucosa se metaboliza por las células y se utiliza para obtener energía inmediata. Si el cuerpo tiene un exceso de glucosa que no se necesita para obtener energía inmediata, se convierte en un nuevo compuesto llamado glucógeno. El proceso de creación de glucógeno se llama glucogénesis, y el hígado crea cadenas de glucógeno a través de un enlace químico. Cuando el cuerpo necesita energía, el cuerpo rompe estos enlaces y convierte el glucógeno en glucosa.