El líquido pleural evita la fricción entre los pulmones y la cavidad torácica durante la respiración, y se encuentra en un espacio delgado entre dos capas de tejido. Los tejidos que rodean a los pulmones producen el líquido que rítmicamente fluye y fluye en el pequeño espacio pleural.
Cuando los tejidos del revestimiento se inflaman debido a infecciones virales, el líquido pleural se restringe y la respiración se vuelve difícil y dolorosa. Sin embargo, el derrame pleural (la presencia de exceso de líquido) es indicativo de afecciones médicas comunes, como neumonía, insuficiencia cardíaca congestiva y enfermedades autoinmunes, como el lupus. Un trauma pulmonar agudo puede causar la formación de un neumotórax, que es la presencia de aire o gas en el espacio pleural, una condición que causa dolor, dificultad para respirar y puede provocar un colapso pulmonar.