Un glicolípido es un lípido que tiene un carbohidrato unido; su función es contribuir con energía y actuar como un marcador para el reconocimiento celular. Los glicolípidos aparecen donde las cadenas de carbohidratos tienen una conexión con los fosfolípidos que aparecen en la superficie exoplásmica de la membrana celular. Los carbohidratos aparecen en la superficie exterior de la membrana celular para todas las células eucariotas.
La estructura de carbohidratos de un glicolípido depende de las glicolsiltransferasas que traen los lípidos y glicosilhidrolasas que cambian el glicano después de su aparición. Los glicolípidos llegan desde los fosfolípidos hasta el área acuosa fuera de la membrana de la célula, y en ese punto, sirven como puntos de reconocimiento para sustancias químicas particulares al tiempo que mantienen la integridad de la membrana celular y las células conectadas para crear tejidos.
Otro efecto de los glicolípidos es la determinación del grupo sanguíneo de un individuo. Los glicolípidos sirven como receptores en la superficie de los glóbulos rojos, lo cual es importante porque este principio es útil cuando se necesita una clasificación rápida en situaciones como las transfusiones de emergencia. Cuando una persona recibe el tipo incorrecto de sangre, su sistema inmunológico nota la diferencia y trata la sangre nueva como una sustancia extraña que a veces conduce a la muerte.