La fisura longitudinal es el pliegue que separa los hemisferios cerebrales derecho e izquierdo. La fisura longitudinal también se conoce como fisura inter-hemisférica.
La fisura no divide completamente los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro. Hay una banda de materia blanca llamada el cuerpo calloso que conecta los hemisferios derecho e izquierdo y es también cómo se comunican. Cada lado del cerebro controla el lado opuesto del cuerpo: el hemisferio izquierdo controla el lado derecho del cuerpo y el derecho controla el izquierdo. Si hay daño o un tumor en el hemisferio izquierdo, el brazo y la pierna derechos de una persona pueden debilitarse o paralizarse. Sin embargo, los hemisferios izquierdo y derecho no comparten todas las funciones. El hemisferio derecho es responsable de la creatividad, las habilidades artísticas y musicales y la capacidad espacial. La comprensión, el habla, la aritmética y la escritura son funciones controladas por el hemisferio izquierdo.
También hay fisuras que dividen el cerebro en lóbulos separados. Cada hemisferio tiene cuatro lóbulos, que son los lóbulos frontal, temporal, parietal y occipital. Cada lóbulo está dividido y tiene sus propias funciones específicas.
Las funciones del lóbulo frontal incluyen personalidad, comportamiento, emociones, juicio, planificación y resolución de problemas, habla, escritura, funciones motoras, inteligencia, concentración y autoconciencia. El lóbulo parietal controla los sentidos del tacto, el dolor y la temperatura, además de interpretar el lenguaje y las palabras, así como las señales de la visión, la audición, la motricidad, la sensibilidad y la memoria. También es responsable de la percepción espacial y visual. El lóbulo occipital interpreta la visión como el color, la luz y el movimiento. El lóbulo temporal es responsable de la memoria, la audición, la secuenciación, la organización y la comprensión del lenguaje.