La principal diferencia entre los factores bióticos y abióticos es que los factores bióticos incluyen las partes vivas de los ecosistemas, incluidas las plantas, los microbios y los animales, mientras que los factores abióticos son componentes ambientales que no viven. Los factores bióticos y abióticos son muy diferentes, pero son componentes críticos de todos los ecosistemas y hábitats. Se encuentran en muchos entornos, incluidas áreas naturales y entornos artificiales, como edificios de oficinas y escuelas.
En ambientes naturales, los factores abióticos primarios cubren cinco áreas: suelo, agua, temperatura, luz solar y aire. Estos componentes existen en los hábitats de todo el mundo y permiten el crecimiento de ciertos organismos en esas áreas. Los componentes abióticos pueden ser físicos o químicos y permiten que los organismos respiren, se reproduzcan y crezcan. Los factores abióticos en los ecosistemas también se conocen como recursos y varían en abundancia dependiendo de las condiciones del entorno. Los factores abióticos son consumidos a diferentes ritmos por organismos que comparten un ambiente y pueden aumentar y disminuir en la escasez. Algunos recursos abióticos, como el agua, pueden generar competencia entre los organismos, particularmente en regiones áridas donde los suministros de agua a menudo son limitados. En contraste con los factores abióticos, los elementos bióticos en los hábitats incluyen microorganismos, plantas y especies animales que tienen la capacidad de moverse, reproducirse y respirar. Algunos ejemplos de estos factores son las bacterias, las algas marinas, las plantas terrestres y los mamíferos, incluidos los humanos.
Hay tres tipos principales de factores bióticos en un ecosistema: productores, consumidores y descomponedores. Los productores, o autótrofos, son organismos que obtienen energía de factores abióticos y la utilizan para crear alimentos. Las plantas son un ejemplo común de productores. Los consumidores, o los heterótrofos, deben consumir otros componentes bióticos de un ecosistema para la alimentación. Pueden consumir productores u otros consumidores. Los descomponedores, o detritívoros, descomponen los factores bióticos muertos para los alimentos y, como resultado, devuelven material biológico al ecosistema. Los hongos y algunas bacterias son detritívoros.