La característica definitoria que separa el cristal de plomo del cristal es el contenido de plomo del objeto. El cristal de plomo contiene entre 24 por ciento y 35 por ciento de plomo, mientras que el cristal se fabrica reemplazando el plomo con óxido de zinc, óxido de potasio u óxido de bario. El plomo en el cristal de plomo aumenta la refracción de la luz a través del vidrio y su densidad, dando al objeto más atractivo como un vidrio fino.
La técnica de fabricación de cristal de plomo fue descubierta por primera vez por George Ravenscroft en Gran Bretaña en 1674. George Ravenscroft reemplazó el calcio usado típicamente en la fabricación de vidrio con óxido de plomo. El vidrio resultante tuvo una apariencia significativamente mejorada y fue mucho más fácil de manipular durante el proceso de fabricación. De acuerdo con los estándares establecidos por la Unión Europea, el vidrio debe contener un exceso de 24 por ciento de plomo para que se lo considere verdadero cristal, o debe estar etiquetado como cristalina o cristal.
Durante su historia temprana, el cristal de plomo de calidad fue muy buscado debido a su apariencia atractiva. Sin embargo, el descubrimiento de la toxicidad del plomo ha disminuido la popularidad del cristal de plomo en los últimos tiempos. El cristal de plomo se filtra hacia los alimentos y las bebidas, especialmente cuando se almacenan en el cristal de plomo durante largos períodos de tiempo. Por este motivo, las agencias reguladoras y de salud no recomiendan el uso de cristal de plomo para almacenar o almacenar alimentos y bebidas.